Después de haber observado un poquito la plaza hicimos un dibujo de memoria.

Nos dimos cuenta de que es muy difícil fijarse en todos los detalles y que para conseguir dibujar las cosas con cierto parecido hay que observar mucho.



A veces nos acordamos sólo de unas cosas, pero hablando entre nosotros salían más ideas sobre lo que cada uno recordaba del mismo lugar: los escalones, las esculturas, la iglesia, la gente sentada en las terrazas de los bares, la fuente...